El Madame Tussauds es, sin duda, el museo de cera más famoso del mundo. Su colección de celebridades es impresionante, y resulta increíble lo reales que parecen sus figuras.
Marie trabajó durante un tiempo como ama de llaves del doctor Philippe Curtius, un médico experto en modelar figuras de cera. Fue de él quien aprendió el oficio, y en pocos años ya había creado las figuras de personajes como el Duque de Orleáns, Marat, Luis XVI o Robespierre. La primera exposición de sus personajes de cera tuvo lugar en Londres en el año 1835, y en 1884 creó en esta ciudad el museo permanente, emplazado en su actual ubicación.
Aunque tiene sucursales por todo el mundo, como Hong Kong, Ámsterdam, Nueva York, Hollywood o Las Vegas, el de Londres fue el primer museo que abrió, y fue inaugurado en el año 1884. La iniciativa surgió de una escultora francesa llamada Marie Tussaud, que nació en 1761 en la localidad francesa de Estrasburgo. Su nombre de soltera era Marie Grosholtz, apellido que cambio tras casarse son el ingeniero François Tussaud.
El museo se divide en diferentes salas, según categorías. Entre otras, destacan la de la realeza, con figuras de toda la familia real británica; la Cámara de los Horrores, donde se representan terribles escenas como las ejecuciones con guillotina de la Revolución Francesa; la sala VIP, con personajes tan famosos como David Beckham y su esposa, Nicole Kidman, Beyonce o Brad Pitt; la sala de la cultura, con celebridades como William Shakespeare, Pablo Picasso, Stephen Hawking, Albert Einstein o Charles Darwin, o la sala de los líderes mundiales, donde se encuentran Nelson Mandela, George Bush, Winston Churchill, Nicolas Sarkozy, Ronald Reagan o Martin Luther King.
En el Museo Madame Tussauds está permitido fotografiarse con las figuras e incluso tocarlas. A pesar de su excesivo precio, siempre hay grandes colas para visitarlo, por lo que conviene madrugar o aprovechar la hora de la comida para conocerlo. Más información en su página web www.madametussauds.com